Historia

El Colegio Lidia González Barriga no nació de la casualidad, sino del sueño profundo y valiente de una mujer que, desde las salas de clases de la educación pública, sembró la semilla de la esperanza en Collipulli. Fue en el año 2002 cuando la profesora normalista Lidia González Barriga, inspirada por su vocación y su amor por la tierra y las personas, fundó el Jardín Infantil Madrigal. En aquel entonces, era un espacio modesto, sostenido por la confianza de las familias que creyeron en su propuesta pedagógica.

Con el paso del tiempo, ese jardín de infancia se transformó en un colegio que, año tras año, fue creciendo de la mano de padres, apoderados, docentes y estudiantes, hasta convertirse en lo que es hoy: una institución educativa que abarca desde el nivel parvulario hasta 8° básico. Pero más allá de las aulas y los programas, el verdadero corazón del colegio ha sido siempre el compromiso con el entorno, con el aire que respiramos y con el suelo que pisamos.

Ya en el año 2010, el colegio dio un paso valiente hacia la inclusión escolar, incorporando un equipo multidisciplinario que, con dedicación y humanidad, abrazó la diversidad de sus estudiantes. Porque aquí, cada niño y cada niña es único, y cada historia merece ser contada y acompañada.

En el año 2012, la comunidad educativa vivió un momento de profundo pesar con la partida de su fundadora. Pero su legado quedó sembrado en cada sala, en cada rincón del colegio, como una raíz firme que sostiene el tronco y las hojas. Desde 2013, su nombre vive y respira en cada proyecto, en cada sueño, como testimonio de su entrega y su fe inquebrantable en la educación.